PUENTE DE DICIEMBRE EN NOROESTE DE SEGOVIA

Este ultimo puente, hemos aprovechado el buen tiempo para conocer esta maravillosa zona segoviana. Otra vez mas, hemos vuelto encantados, a casa. Cada vez, estamos mas seguros  de que, ¡¡¡ la experiencia en furgoneta, nos enriquece a tope!!!

¡¡Vamos allá!!

Este viaje, lo empezamos el jueves  6 de diciembre. Este día, salimos de casa, y llegamos a nuestro primer destino, ya que básicamente lo empezamos con el destino de Hoces del rio Duratón, aunque una vez allí, hemos podido conocer mas lugares. Llegamos a Sepúlveda, un pueblo chulísimo, en el cual, esta la casa del parque de las Hoces del rio Duratón. Llegamos a la tarde,  y aparcamos en el aparcamiento del antiguo matadero, un parking amplio y llano, apropiado para pasar la noche, y aunque no tenga servicios de vaciado, tiene una fuente, y un aseo en la marquesina que hay en la parada de autobuses.

 

La tarde la aprovechamos para callejear por el pueblo, y ver su conjunto histórico y su entorno natural.  Empezamos con la senda de la Glorieta, el recorrido tiene una longitud de 800 metros de ida y 800 metros de vuelta y la dificultad es baja.  A lo largo de este recorrido podemos asomarnos a las primeras hoces que dan nombre al Parque Natural, lo que nos permitirá hacernos una idea del paisaje de este espacio y contemplar algunos elementos geológicos de interés.  Aunque también haya otras sendas, solo hicimos parte de otra, Senda de los dos Ríos. La senda se inicia en la Casa del Parque, situada dentro de la iglesia de Santiago, y se encamina hasta la iglesia de la Virgen de la Peña, recorriendo algunos de los rincones más llamativos de la villa medieval de Sepúlveda. En la parte posterior de la Virgen de la Peña hay un mirador con paneles interpretativos desde el que se puede ver el sorprendente paisaje que describen las hoces en el Parque Natural.
Desde este punto la senda continua hacia la Puerta de la Fuerza, cogiendo el camino que sale junto al Cuartel de la Guardia Civil. Atravesamos el arco de esta puerta y bajamos al río por una antigua calzada romana hacia el Puente de Picazos. Nosotros solo hicimos la parte que lleva hasta la Puerta de la Fuerza, ya que estaba oscureciendo, y encima los enanos habían leído, que en el teatro Breton( teatro que hay en Sepúlveda), tenían una película que querían ver….

 

Como en esta familia intentamos satisfacer a todos los miembros, y como ya os he dicho, alguna otra vez, nos gusta la gastronomía, por eso es, que, los mayores optamos por elegir ir ha cenar a algún restaurante, ya que después de ver por todos los lados que había cochinillo y cabrito, teníamos la boca hecha agua.  No comimos nada de esto, porque, para el cochinillo y cabrito asado, suele tener que pedirse por encargo, pero, la verdad, es que, en el restaurante El Señorío de Sepúlveda, nos atendieron estupendamente, y pudimos degustar  una caldereta de cabrito , y un revuelto de morcilla, y de postre, un ponche Segoviano.

 

 

 

Al día siguiente, después de pasar por la casa del parque e informarnos,  nos dirigimos al parque natural de las Hoces del Duratón. De camino hacia la Ermita de San Frutos, yendo por la carretera que pasa por Sebúlcor, paramos en el puente sobre el rio Duratón  para hacer una rutita andando, hicimos la Senda de los Molinillos para poder ver la flora de alrededor de el rio, y las diversas cuevas que hay en esta senda, entre ellas la Cueva de los Siete Altares, la del cura, la de sacerdotes..

terminando la senda, en la presa. Es una senda fácil, sin desniveles, y de ida y vuelta. Con la mañana completada, fuimos al parking de  Villaseca  donde después de comer, con el pan buenísimo que habíamos comprado en la panadería de Sepúlveda, nos dirigimos a ver la Ermita de Los Frutos.

 

Nos encanto Hoces, con unas vistas de alucinar, empezamos por el mirador, donde parecía que podíamos hasta tocar  a los Buitres.  Hay un montón de ellos, volando muy cerca, ya que nos encontramos en un paraje muy rocoso, una experiencia bonitísima para grandes y pequeños. Siguiendo el camino para abajo, después de pasar un puente de piedra,  nos encontramos con la Ermita, y las ruinas que le rodean, pues la ermita fue completada con un monasterio y un cementerio, en el que se conservan varias tumbas antropomórficas altomedievales. A la izquierda del mismo nace una rústica escalera tallada en la roca que seguramente serviría a los primitivos ermitaños para bajar hasta un río que, en la actualidad, está regulado por el pequeño embalse. Al otro lado de la ermita hay otro pequeño cementerio,  un pequeño cementerio en los que había tres santos, San  Valentín, San Frutos y Santa Engracia. En este punto, estuvimos jugando con el Eco, ese compañero de juego, que aunque siempre repite lo que dices, los niños no se aburren de el.

 

 

Próxima parada……..Pedraza. Otro pueblo precioso, el cual tiene un arco, que es único acceso de entrada y salida, nosotros, optamos por aparcar la furgoneta fuera, al lado de un acueducto, al lado de la casa de las águilas, y creo que acertamos, porque además de un sitio estupendo para pasar la noche, nos ahorramos el jaleo que se forma en el arco. Después de aparcar, ya había empezado a anochecer, en cinco minutos andando, ya estábamos en el interior de Pedraza.

 

Nada mas pasar el arco, a la derecha, nos encontramos con la vieja cárcel. Como ya he dicho antes, estaba oscureciendo, y nos pareció buen plan para aprovechar a ver algo, antes de tomarnos algo. Era una cárcel pequeña, pero con historia, la cual les sirvió a los niños para conocer un poco de la vida de nuestros antepasados no muy lejanos, ya que todavía conserva zonas que eran utilizadas en la época medieval. La visita guiada a la cárcel cuesta 3 euros, pagan los mayores de 6 años, al inicio, se visita una  sala donde se retenían por los pies a los presos y la sala de carceleros y se visitan los aposentos del carcelero, unas celdas de madera que se usaban de castigo para delincuentes comunes y delitos menores (robos, problemas de lindes…), en esas celdas entraban unas 12-15 personas y te dan la opción de comprobar como se podían sentir los allí encerrados.
También se visitan las mazmorras,  y te cuentan como se les trataba a los que habían delinquido mas gravemente, y el partido que sacaban los carceleros de estos detenidos, los cuales terminaban falleciendo por razones de hambruna y enfermedades de la época. La verdad es que es una visita corta, de unos 30 minutos, amena para hacer con los niños e interesante.

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sala de castigo
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Calabozos

 

Después, ya de noche, callejeamos un poco, hasta llegar a la plaza, la cual nos incentivo las ganas de ver la Villa de día. Allí, en el bar La Calesa, en un buen ambiente, y con el calor de la chimenea, tomamos una cerveza artesanal, que nos gusto.

 

A la mañana siguiente, pudimos callejear y ver la plaza con mas luz, las vistas desde la villa amurallada, y el castillo. El castillo y el museo de Zuloaga que alberga, se podía visitar por 6 euros cada uno, pero la verdad es que no lo hicimos. Lo vimos por fuera,  y pasando por un puente fijo, el cual en sus días seria levadizo, llegamos a la puerta de entrada, llena de puntas de clavos, para la defensa de este castillo.

 

Una vez visitada la villa, carretera y para siguiente destino, Riaza. En esta ocasión, mas que en esta población, nos centramos en sus alrededores. Hay una área recreativa, en la Ermita de Hontanares, paraje recreativo con un ambiente natural inmejorable, buenas vistas y un descanso asegurado, con barbacoas, que se pueden utilizar en días que no sean de olas de calor o temperaturas extremas.

 

A un kilometro de esta área, localizamos el mirador de Piedras Llanas, un bonito paraje desde el que se puede divisar unas bellas vistas del Sistema Central e Ibérico, y donde podemos descubrir, mejor con unos prismáticos, los pueblos rojos y negros de la Sierra de Ayllón.

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La vista era maravillosa, pero después de haber llenado los estómagos, optamos por ver estos pueblos in situ, y nos dirigimos hacia ellos. Empezamos con uno amarillo, Martin Muñoz de Ayllón, El color amarillo y ocre propio se debe a las cuarcitas, en algunos casos mezcladas con otros materiales presentes en la zona con que se construyen los muros.

 

El siguiente fue el rojo, Madriguera, color de las arcillas y arenas de los alrededores, con un compuesto férrico.

 

Y por ultimo, El Muyo, pueblo negro, con su maravillosa arquitectura de pizarra.

 

Sorprende, que en diferencia de escasos kilómetros se emplee tal variada base de arquitectura, la cual nos muestra la diversidad geológica que hay en esta zona.

Por desgracia, y como nos ha pasado en días anteriores, en estas fechas anochece temprano, y nos ha vuelto a pillar la hora, o sea que, nos dirigimos hacia nuestro ultimo destino, Ayllón. Aparcamos en un sitio que se puede pernoctar, y hacemos una ruta de reconocimiento, sin ver mucha cosa, terminando en la plaza, para hidratarnos un poco, y como no, integrarnos entre sus gentes.

Esto ya se va terminando, quedan cosas por ver, como por ejemplo las Hoces de Riaza, pero hay que volver a casa. Por eso, optamos por visitar Ayllón, y ver parte de las Hoces desde la furgoneta. En Ayllón,  saliendo del parking y siguiendo el rio, llegamos al arco medieval que nos da paso a la villa, es el único arco que queda en pie, y esta restaurada. Nada mas entrar a la derecha, esta el palacio de los Contreras, y siguiendo pocos metros por esta calzada de piedra, llegas a la plaza. De  aquí,  alzando la vista,  mas arriba del cerro llamado el castillo, se puede observar la estatua de un cristo, y La Martina. Cogemos camino para verlos de cerca, y en la subida, nos encontramos con unas cuevas, las cuales deducimos serian utilizadas como bodegas.

 

Desde el alto,  puede contemplarse una bellísima panorámica tanto del pueblo y sus campos circundantes como de la cercana Sierra de Ayllón.

Como he dicho antes, ya nos tocaba volver, de camino a casa, y pasando por un pequeño recorrido de las Hoces del Rio Riaza, volvimos a ver a los buitres muy de cerca. Esta vez había un montón de ellos posados en las rocas. Ha sido maravilloso verlos, ya que, además de ver un montón de ejemplares, los hemos podido ver muy de cerca.

 

¡¡¡Otro viaje mas para no olvidar, y en el que hemos aprendido disfrutando de ello!!!

 

 

 

2 comentarios de “PUENTE DE DICIEMBRE EN NOROESTE DE SEGOVIA”

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