Esta vez os contamos nuestro pequeño viaje conociendo un poco de Castilla y León, comunidad española referida como histórica y cultural. Conocíamos parte de esta comunidad, pero la verdad es que esta vez hemos visto la parte de Ávila, que no la conocíamos, y nos ha sorprendido para bien.
Nuestro viaje empieza en Burgos, en un pueblo llamado Lerma, situada sobre un altozano que domina la vega del río Arlanza, con un casco histórico que goza del estatus de bien de interés cultural, en la categoría de conjunto histórico y también conocida como «Villa Ducal de Lerma» al tener el título de villa. Como salimos de casa tarde, y habíamos leído que estaba muy bien, nos acercamos a pernoctar en el área que hay en Lerma. Se llama
área de Las Palmeras, y esta a cinco minutos andando del centro histórico. La pernocta nos costo 12 euros, ya que no necesitábamos luz, y la verdad es que mereció mucho la pena, ya que además de tener todos los servicios ( wc, duchas, fregaderos, parque…) esta dividido en parcelas muy espaciosas, y nos vino bien para organizar los últimos detalles de la furgoneta.
Después de desayunar nos acercamos a conocer la villa, entramos por el arco de la cárcel, una puerta en la muralla de Lerma, la única que se conserva hoy en día,

según entramos al centro histórico, podemos empezar las casas medievales que se conservan en la villa,

Cogemos la calle que sube, hasta que llegamos a la plaza mayor, donde se encuentra el antiguo palacio Ducal, que hoy en día es el Parador de Lerma

Al lado del palacio nos encontramos con la colegiata, donde en el cartel podemos saber de los pasadizos del duque, pasadizo que utilizaría el duque para dirigirse a oficios religiosos sin pasar por la vía publica. Aquí se accede por la oficina de turismo,

Seguimos paseando por la villa hasta llegar hasta la plaza Santa Clara donde se encuentra tambien parte del pasadizo por la parte exterior.

El pasadizo divide la plaza donde podemos encontrar la tumba del cura Merino, y el mirador de los Arcos

Del mirador, y siguiendo el recorrido de Jose Zorrilla, llegamos hasta los jardines de la colegiata de San Pedro,

y nos podremos sacar una foto con la escultura dedicada a este escritor

la villa nos gusto, y el área también, por ello, lo fichamos para otra vez, ya que nos vendrá bien en otra que nos pille de paso.
De aquí, nos dirigimos a nuestro siguiente destino, Ávila. Esta ciudad nos cautiva por fuera según llegamos y aparcamos en el aparcamiento que esta debajo de la puerta del Carmen ( donde también pernoctaremos)

Ávila, es la capital de la provincia española con el mismo nombre, esta situada en una zona de colinas onduladas al noroeste de Madrid. Es conocida por sus murallas medievales intactas, con más de 80 torres semicirculares almenadas y 9 puertas.
Las largas secciones que coronan las murallas se pueden recorrer a pie, la entrada general individual
cuesta 5 euros y la reducida, 3,5 euros. En nuestro caso no subimos, contemplamos la muralla desde abajo, ya que también es preciosa y se puede pasear pegado a ella por el paseo del rastro.

Los niños se lo pasaron genial subiéndose a las piedras como las cabras.

Para empezar a conocer Ávila, empezamos por el
humilladero de los cuatro postes. Cerca del aparcamiento, hay un puente para cruzar el rio, que nos llevara ha este lugar. Es un monumento con 4 pilares con una cruz en el centro y tiene una antigüedad de 500 años. A priori no parece un sitio excepcional para ver, pero por su ubicación privilegiada es uno de los mejores miradores de la ciudad y su muralla

Una vez dentro de las murallas, también hay muchos sitios y cosas para ver, según entramos por la puerta del Carmen, a la izquierda veremos una pequeña caseta circular de madera, que es donde venden y dan acceso a subir a las murallas. Nosotros, como he dicho antes, no subimos, así que seguimos callejeando hacia arriba. Aquí, con lo primero que nos encontramos fue con la Plaza del mercado Chico, donde nos encontraremos con el ayuntamiento, a la vez de sus torres, soportales y edificios medievales.

Podemos contemplar tambien la Catedral del Salvador de Avila, construida entre los siglos XII y XV, inicialmente en estilo románico, despues, se adopta un estilo gótico, es uno de los edificios que inicia la penetración del gótico francés en la península y se la considera la primera catedral gótica de España. Está construida principalmente en granito, tiene planta de cruz latina, con tres naves, crucero y girola. La capilla mayor, con dos tramos y un ábside, está cubierta por una bóveda de crucería y presenta dos niveles de ventanas.

Callejeando, y saliendo por la puerta del Alcazar, nos espera de frente la plaza del Mercado Grande, donde ademas de buen sitio para tomar algo en sus terrazas, se encuentra la basilica de San Vicente, donde dicen que los monarcas usaron el atrio para jurar respetar los fueros de Castilla, y fue declarada Monumento Nacional en 1914.

A extramuros tambien, nos encontramos con Santo Tomé el Viejo, se conservan, al margen de algunos elementos en su interior, las portadas oriental y meridional en arco de medio punto con arquivoltas que apoyan en columnas en la portada Oeste, y sobre la imposta de los capiteles en la Sur; ofrecen una rica decoración figurativa, vegetal y geométrica.

Al margen de los propios de una iglesia, este edificio ha tenido diferentes usos, en la actualidad es un anexo del Museo Provincial que, abierto al público, funciona como almacén de elementos arqueológicos en piedra.
Callejeando también nos encontramos con una tienda llamada La Flor de Castilla, donde después de ver en su escaparate como hacían las famosas yemas de Santa Teresa, nos adentramos en ella, las degustamos y acabamos comprando una caja de ocho.

Despues de un dia de visita a la ciudad, terminamos el dia con una gran estampa, ya que por la noche, las murallas iluminadas ofrecen una imagen icónica.

A la mañana siguiente, seguimos con nuestro viaje hacia la Sierra de Gredos, pero hacemos una bonita parada de camino,
Castro de Ulaca. Es un yacimiento arqueológico de origen vetón, situado en Villaviciosa (Solosancho), para llegar allí, hay carteles indicativos, que te llevan hasta Villaviciosa, y de aquí, subiendo un pequeño tramo por carretera de pista, llegamos hasta un pequeño aparcamiento. Una vez en el aparcamiento, hay que subir un tramo por un sendero marcado para poder llegar a ver el yacimiento.

Ulaca es el más grande de los castros vetones y cuenta con restos arqueológicos poco comunes como un altar ( muy bien conservado) y una sauna de iniciación, construidos en granito. Durante el recorrido, hay paneles en los que se indican lo que ves en ese punto del recorrido, y un pequeño mapa de este. Donde podremos ver restos de las murallas

En el recorrido por los yacimientos nos encontramos con el altar de los sacrificios, una construcción a cielo abierto, realizada sobre grandes bloques graníticos que afloran en el sector noroeste.
El monumento, en buen estado de conservación, consta de una gran estancia rectangular tallada en granito, en uno de cuyos lados existe una gran peña en la que dos escaleras de 9 gradas, labradas también en la roca, conducen a una plataforma en la que se encuentran dos cavidades de forma más o menos circular y comunicadas entre sí. La más occidental de ellas vertía en una tercera que permitía a su vez que los líquidos derramados en las libaciones corrieran hacia la parte baja de la peña a través de un canal ( aqui dejamos nuestra recreación)

Nos divertimos mucho contemplando el yacimiento, y sacándonos algunas fotos con sus impresionantes rocas,

y a la tarde nos dirigimos hacia nuestro siguiente destino, en la Sierra de Gredos, mas exactamente al llamado Balcón del Tiétar, en Pedro Bernardo. Allí, hay un camping llamado
Balcon de Tietar, donde tenemos a unos amigos. Que mejor escusa para visitarlos, visitar la zona y disfrutarla con buena gente.

Para llegar al Valle del Tietar, y a una altura de 1395msnm, nos encontramos con el Puerto del Pico, que separa el sector oriental del sector central de la sierra de gredos. No nos paramos, ya que hay mucha gente, pero desde la furgoneta contemplamos la maravilla de este pico, que hace de mirador. Desde la misma carretera, podemos ver la vieja calzada romanica, que desciende por la ladera al igual que nosotros, en un maravilloso zigzag y con sus 6-8 metros de anchura. Su buen estado de conservaciones es alucinante.

Como he dicho, nuestro destino estaba en al Balcón del Tiétar, mas exactamente en Pedro Bernardo, un pueblo que nos encanto. Para empezar, a la llegada ya podemos ver el pueblo decorando este precioso balcón.

Y una vez mas cerca la cascada de agua que sale por debajo del pueblo.

La cosa pintaba bien, por abajo precioso, y por arriba, las vistas espectaculares

Una vez nos adentramos por sus callejuelas, podemos disfrutar de este pueblo, un conjunto urbano escalonado en el que destaca la arquitectura tradicional de sus calles, con casas tanto de piedra como de entramado, perfectamente conservadas y con un sabor rural, con sus portales, pasadizos, balconadas y callejas estrechas.

Ademas, la plaza de toros, con forma de media luna imperfecta, cerrada en su lado norte y poniente por las fachadas de tres casas y el edificio de las antiguas escuelas y el resto de por un anfiteatro porticado que recibe el nombre de “tablao”.

Realmente disfrutamos mucho del paseo por la villa, y para terminar bien este paseo, tuvimos la suerte de tomar algo en el bar de la
posada La Gatera, un sitio precioso a la par de acogedor. Nos atendieron como si fuéramos de casa de toda la vida, magníficamente.

El camping en el que estamos esta a las afueras, en la parte alta de la villa, y desde aquí, dando un paseo, llegamos a la piscina natural, ahora estaba vacía, ya que hemos ido fuera de temporada, pero en verano, llenan la piscina con el agua que baja de la garganta de Eliza.

Al lado de la piscina, hay un pequeño bar donde tomar algo, y por detrás de esta, una pequeña pista que nos lleva hacia un bonito sitio para los que nos gusta disfrutar de un poco de senderismo, y además a pocos metros, un lugar donde también pegarnos un chapuzón en el mismo rio, que seguro que en días de calor se agradece la frescura del agua y la sombra de los arboles.

Ya que estamos a una horita de La Vera, y aunque no sea Castilla, nos acercamos a Extremadura. La verdad es que Villanueva de La Vera esta a rebosar, y no paramos, seguimos hacia adelante hasta llegar a una garganta, la
Garganta del diablo la vera. Un sitio precioso, aunque a las orillas de la carretera hay mas, y en los que es posible darse un baño, en este no se puede, pero es precioso para ver. Hay un pequeño recorrido acondicionado para poder ver las cascadas, que aunque no sea accesible con sillas ni bicis, no tiene dificultad. Para los que se vean mas ágiles, por la piedra también se puede uno acercar un poco mas al agua.
Pero andar con cuidado, que aunque afortunadamente a nosotros no nos pasara nada, un pequeño percance si que tuvimos…..
Visitadas estas cascadas y habiendo salvado el móvil del ahogamiento, comimos algo en una de las mesas que había en el aparcamiento ( que por cierto, había furgonetas que parecía que pudieron pernoctar allí), nos dirigimos hacia un pueblo cercano,
Valverde de la Vera.
Esta villa, tiene un aparcamiento a la entrada, al lado de una residencia de ancianos, y en este aparcamiento, la villa nos ofrece un área de pernocta y servicios de vaciado y llenado.
Una vez nos adentramos en la parte vieja de la villa, vemos su estructura en forma de cruz, organizada a partir de una vía principal con cuatro encrucijadas fundamentales.
Por todas sus calles discurren caños o acequias, las “regateras”, para canalizar el agua de lluvia.

En la Plaza de España encontramos soportales sobre columnas de granito, decoradas con bolas y molduras

En la del Rollo se sitúa la picota, elemento de fuste octogonal que se levanta sobre una base decorada con cadenas y que remata con cuatro cabezas de animales y un pináculo con decoración gótica.

La construcción de sus viviendas se basa fundamentalmente en el entramado, de dos y tres niveles, el primero fabricado en piedra y los otros dos con entramado de madera y ladrillo o adobe.

En Valverde de la Vera, también está el museo de los empalaos, que no lo vimos porque estaba cerrado, pero seguro que merecerá saber mas de esta tradición.

La verdad es que esta zona nos ha gustado mucho, como siempre, hemos dejado muchas cosas por ver, y es por eso que volveremos, pero de momento nos dirigiremos hacia
Toledo y los molinos de viento ( pinchar para ver), que también nos apetecía conocerlo.
Si os ha gustado nuestro viaje, podéis a nuestra pagina para ver mas, y agradecemos vuestros comentarios.
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Que bien explicado todo, podemos hacer el recorrido siguiendo vuestras indicaciones perfectamente. Muchas gracias por compartir. Un beso familia.
Gracias a vosotros por escribirnos esas cosas, de verdad que nos dais fuerzas para seguir. Un beso para vosotros también.