Este viaje durara 10 días, y conoceremos rincones tanto de León como de Galicia con mucha calma, sin prisas pero sin pausas, y esta filosofía nos llevara a conocer sitios masificados o con nombre, como los de sin tanto nombre, no tan conocidos, no por ello peores.
Nuestro viaje empieza en un pueblo llamado Carrión de los Condes, en la provincia de Palencia.
Llegamos y paramos como parada de paso, y aparcamos la furgoneta en el área que tiene este municipio. Esta al lado de un campo de futbol, y de juegos, y muy cerca de un puente, que te lleva al mismo centro del pueblo.
Por ello, según aparcamos, accedemos desde el puente al pueblo, donde dando un paseo, veremos varios monumentos históricos, empezando desde el ayuntamiento hasta el Santuario de Nuestra señora de Belén, o la Iglesia de Santiago.
Parando también para tomar una tapita
A la mañana siguiente, pudimos visitar el Real Monasterio de San Zoilo, declarado Bien de Interés Cultural.
Entramos al interior, donde la entrada nos costó 2,5 euros cada adulto y 1 euro los niños. En el interior pudimos visitar su claustro, iglesia, ver sus tejidos,
Siguiendo con nuestro viaje llegaremos hasta León, donde también aparcaremos en uno de sus aparcamientos adecuados para autocaravana. Esta al lado de un parque, con supermercados cerca, y a unos 5-10 minutos andando a la catedral.
Aunque no es la primera vez que estamos en esta ciudad, nos encanta pasear y tapear en esta ciudad. Nos gusta ir viendo cosas, y entre una y otra tomar una tapita en alguno de los bares que encontramos por el camino, de esta forma, nos refrescamos y comemos un bocado.
Veremos la casa Botines,
La diputación,
La plaza mayor con su mercado,
La plaza del Grano, con sus bonitos soportales,
o como también, la puerta del castillo o puerta de la cárcel
Después de ver esta hermosa ciudad y haber pasado bastante calor, nos dirigimos hacia nuestro siguiente destino, es La puebla de Sanabria. En la provincia de Zamora se encuentra este bonito lugar en donde pasear por sus calles es un placer.
.Además de pasear por sus calles empedradas, podemos visitar el Castillo de los Condes De Benavente, una muestra del poderío que tuvo la villa en el medievo.
Debió ser bastante dañado durante la Guerra de la Independencia y se ha usado incluso como cárcel a posteriori. Actualmente alberga la biblioteca municipal, la Casa de la Cultura y un centro de interpretación de fortificaciones.
Se paga la entrada 3 euros la entrada de adulto y 2 euros la entrada de niños, e incluye entrada al museo de los gigantes y el museo micológico.
Al museo micológico no fuimos pero si que fuimos al de los gigantes, una habitación con una exposición de gigantes y cabezudos donde una señora del pueblo, nos explica quien es cada uno de ellos.
Además este pueblo tiene un área de autocaravanas muy bien situado, esta a las afueras, al lado del rio, con un chiringuito y césped para estar. Y con vistas al castillo.
Cerca de La Puebla de Sanabria, también se encuentra el Centro de interpretación del Lobo Ibérico, donde a través de una visita guiada, primero por el museo, y después en exterior donde se encuentran los animales, nos enseñan mas sobre el lobo ibérico. Las visitas hay que reservarlas con antelación, y la entrada nos cuesta 8 euros.
El siguiente día, nos alejamos un poco. Es uno de esos días que tienen las vacaciones en furgoneta, en el que después de estar alargando el chicle, los niños consiguen que vayamos a un camping con piscina. Bueno, pues buscamos en internet y no hay tantos, damos con uno, y nos manda a hora y media de donde estamos, pero como el ambiente ya se empieza a calentar, tiramos y la llegada fue a un pequeño camping sin piscina. Pues mejor de lo que esperábamos, camping con gente encantadora, jóvenes emprendedores que habían decidido darle vida al camping que había estado abandonado, y que nos hicieron sentir en casa. El Camping Valle de Ancares, no necesitaba piscina, porque a pocos metros andando por un sendero que transcurría al lado, llegabas a la piscina municipal, que por un euro accedías para todo el día.
Aprovechamos la piscina y para hacer la colada a la tarde, y a la mañana fuimos a dar una vuelta por la aldea, que esta a 3 minutos andando. Pudimos callejear por sus calles, ver la iglesia, las pallozas, y el taller tienda de artesanía en madera, Pumarego.
Ya que estábamos cerca, para comer nos acercamos a la La playa fluvial de Vega de Espinareda, donde después de comprar algo de picoteo, disfrutamos este maravilloso lugar de la naturaleza, donde podemos reiterar de que aunque sea año de mucho calor, el interior también es zona de baños refrescantes, además con sombra natural.
Pero tampoco nos olvidamos de lo cultural o arquitectónico, y no nos iremos de Vega de Espinareda sin ver el Monasterio de San Andrés.
De aquí, nos dirigimos hacia Las Medulas, un entorno paisajístico formado por una antigua mina de oro romana, además considerada la mayor mina de oro a cielo abierto de todo el imperio romano.
Para empezar nos acercamos a la casa del parque, donde muy amablemente nos dan la información sobre las posibilidades de visita para este lugar, y las zonas de interés. Nos hablan sobre los recursos audiovisuales que tienen allí mismo, y nos dan un plano con los lugares que podemos ver. Nosotros nos decidimos por el Mirador de Orellan. Llegamos al aparcamiento, y después de andar un kilometro mas o menos, llegamos a un mirador donde con unas pasarelas de madera llegaremos a un mirador para ver las medulas desde lo alto. Desde el mirador veremos una concavidad en la montaña, una terraza exterior de las Galerías, que vamos a visitar después por 3 euros cada adulto y 2 euros cada menor.
De aquí nos dirigiremos y adentraremos en tierras gallegas, por la provincia de Lugo. Entramos por El Barco de Valdeorras, donde al principio tenemos idea de parar, no lo hacemos, ya que nada mas ver el panorama que han dejado los incendios de unas semanas atrás se nos cae el alma a los pies, y somos incapaces. Por eso, nos adelantamos mas en el camino y nos acercamos hasta un pueblo llamado Quiroga. En este pueblo, hay un área, y es donde aparcamos. Este aparcamiento esta al lado de una escuela y un albergue, muy cerca del centro pero en un lugar muy tranquilo y llano, y con servicios ( la verdad es que nos hemos dado cuenta, que Galicia esta muy preparada para ello, ya que en muchos pueblos hay áreas y además con servicios excepcionales)
Al lado de un paseo Fluvial, en donde darnos un paseo por las orillas del rio, y poder llegar hasta la Playa Fluvial de San Clodio.
Aquí nos damos cuenta que también hay gente que a pernoctado en el área que se encuentra aquí, un área pequeña, como para tres vehículos, al lado de un restaurante y un merendero.
Después de pasar la mañana en este lugar, nos dirigimos a Monforte de Lemos, capital de la comarca de la Tierra de Lemos y de la Ribeira Sacra, y cabeza del partido judicial que lleva su nombre.
Como no sabemos por donde empezar, comenzamos buscando la oficina de turismo, donde nos suele gustar acudir a por ideas y recomendaciones. En la oficina nos recomiendan un par de sitios en Monforte, y tomamos información sobre la Ribera Sacra.
Empezamos por la Torre del Homenaje, que esta junto al Monasterio de San Vicente del Pino.
Es el único vestigio que se conserva del Castillo de San Vicente, antigua residencia de los Condes de Lemos, el cual servía de refugio durante los ataques enemigos, pero también era el lugar donde se celebran las Ceremonias del Homenaje. Construida entre los siglos XIII y XV, es una atalaya de 30 metros de altura y muros de 3 metros de grosor.
Hoy en día, esta torre esta convertida en museo, y por un precio de 1,5 euros pueden visitarse sus rincones.
Y hacernos a la idea de como era cuando vivían en los Condes de Lemos.
Habiendo bajado de la colina en la que se encuentra la torre, nos acercaremos hasta las puertas del Colegio de Nuestra Señora de la Antigua
Es verdad que nos hubiera gustado ver mas de esta ciudad, pero el calor es increíblemente alto, y ninguno de los cuatro lo podemos soportar. En la oficina de turismo nos han informado sobre un área de autocaravanas privado, que tiene piscina, y los niños no hacen mas que acordarse del lugar.
Ese lugar se llama SOLPOR CAMPERCAMP un lugar en el que nada mas llamar nos hacen sentir en casa. La chica nos dice que ella no estará cuando lleguemos, pero que nos situemos en una parcela que este libre, que empecemos de disfrutar del lugar y que nos hará el registro cuando llegue. Y así fue, cuando llegamos, aparcamos la furgoneta y nos pudimos refrescar en la piscina. La verdad es que los niños estaban muy a gusto en la piscina, y nosotros también. Había unas hamacas a la sombra, y estuvimos muy a gusto pasando la tarde descansando. Además, los niños hicieron amigos, estaban disfrutando, y nosotros también conocimos a sus padres y estuvimos muy a gusto.
Vino la que llevaba el área, y la verdad es que era una chica muy amable y nos hizo sentir en casa. A la noche, siguió el disfrute,una pareja saco un telescopio y poco a poco nos fuimos reuniendo alrededor de este casi todos los que estábamos allí. Fue una experiencia maravillosa, esta pareja nos fue explicando las estrellas e incluso pudimos ver planetas. Los niños también estaban disfrutando, se habían juntado un grupo de unos diez y jugueteaban por el campercamp, pero al estar como en casa nadie nos dijo nada. Es más, mientras estábamos viendo las estrellas la que regenta el campercamp se unió y nos trajo una botellita de licor café, amenizando más la noche.
Nos fuimos a la cama pensando que el lugar nos encanto y que nos íbamos a quedar allí, ya que otra de las cosas que queríamos ver estaba cerca. Queríamos ver los cañones del rio Sil, y los típicos viñedos de la zona, con su característica forma de plantación. Para ello, optamos por hacer una pequeña excursión en catamarán. No somos los únicos, algunos de la pandilla de la noche anterior también se apuntan, a hacer la excursión y a quedarse otra noche mas….uufff que peligro!!! De momento, ya organizamos una barbacoa para la noche!!
A lo que iba, reservamos sitio en el catamarán, y nos dirigimos para allí. Aunque hay varios embarcaderos desde donde salen estos barcos, el nuestro salía del Embarcadero de Doade. Ya solo dirigiéndonos hasta allí, empezamos a ver como están los viñedos en pleno acantilado, da miedo ir por la carretera o asomarse a cualquiera de sus miradores, no nos queremos ni imaginar como se sentirán las personas que trabajan en la viña.
El paseo en barco durante 2 horas de navegación es impresionante, ir contemplando los elementos característicos del Cañón del Sil mientras el guía da sus explicaciones, nos encanto. Vamos contemplando las paredes escarpadas de roca, el bosque caducifolio y bancales de viñedos que componen este impresionante paisaje . Vemos esos viñedos en lugares de casi imposible acceso mientras nos explican las trepidantes estrategias para trabajar aquí, en donde, y ya que no puede ser de otra forma, la población de la zona ha cultivado de forma manual y artesanal.
Como hemos dicho, el paseo en barco es precioso, las explicaciones del guía a nosotros nos gustaron porque pudimos apreciar las características de trabajo y del tipo del producto que se elabora gracias a las condiciones que ofrecen estas tierras. Además, para terminar la visita, pudimos degustar el vino que se consigue gracias a toda esta labor.
Y mientras los mayores disfrutábamos de este producto, los mas pequeños disfrutaban con el capitán, que les cedió su puesto y su gorra para poder pilotar el barco.
Una vez que hemos dado esta vuelta en el catamarán, y como se nos ha echado encima la hora de comer, nos acercamos a Castro Caldelas, un municipio cercano de la provincia de Ourense. Aquí, aprovechamos para comer algo, hay feria, y en la plaza hay puestos de pulpo. La señora que prepara el pulpo, muy amablemente nos encuentra un hueco en el bar que hay al lado, donde además del pulpo podemos degustar una tabla de embutidos de la zona.
Con la tripa asentada, visitaremos este municipio. Conoceremos el casco histórico, el cual fue declarado conjunto histórico artístico, y en el que por sus calles empedradas que nos muestran interesantes casas de piedra con galerías y escudos, subiremos hasta el Castillo de los Condes de Lemos.
Una vez en el castillo, nada mas acceder por la puerta podremos ver los escudos de los Condes de Lemos, y una reproducción de una catapulta.
Una vez en la entrada de la edificación, y después de pagar dos euros entramos al patio de armas
donde veremos un aljibe ( sistema de recogida de agua) y un horno alfarero
con dos torres dispuestas en atalaya. Una de ellas es la torre de homenaje, la más antigua. Albergaba la residencia del «señor», ya que esta torre proporcionaría el último refugio ante los posibles ataques, y desde la terraza de esta se puede disfrutar de las vistas de todo el valle.
La torre opuesta es la de el Reloj, así denominada por su curioso y antiguo reloj que data del siglo XIX y que conserva la maquinaria que pone en marcha la maquinaria.
Como en toda fortaleza aparece el foso y su sistema defensivo encerrando dicha construcción, sus murallas con sus torreones en los que disfrutar de la villa y su entorno. Desde las alturas podemos contemplar el paisaje de las calles con sus flores engalanadas en tan espectacular villa.
Como también podemos ver las joyas del museo arqueológico y etnográfico, como la exposición de tradición del lugar.
Ya habiendo hecho la visita, nos acercamos a la parte baja del municipio, donde aprovecharemos una de sus tiendas para comprar un poco de carne para la barbacoa que nos espera en el camperpark.
Volvemos allí, para disfrutar un poco de la piscina, y empezar a preparar la barbacoa, nos juntamos con los colegas que hemos conocido, y hacer acopio de lo que ha traído cada uno para la parrilla. Fue una despedida espectacular, ya que al día siguiente teníamos que seguir cada cual su camino. Los dueños de la camperpark nos habían guardado una sorpresa para después de cenar. Nos prepararon una queimada, bebida tradicional gallega, con la que nos hicieron sentirnos en casa. Eso si, el alcohol y el azúcar de esta bebida, junto al conjuro y la luna hicieron que lo que paso esa noche se quedara en los ojos de aquella gente y la luna. Jejejeje
Al día siguiente ya tocaba la despedida, y aunque la noche anterior nos había dejado un cuerpo perjudicado, había que seguir, (con mucha pena, ya que hicimos una gran familia, estuvimos muy agusto y seguro que volveremos a reunirnos) aunque nos decidimos por un paseo sencillo, nos encanto, el paseo por la pasarela Cañón do Mao.
Es un recorrido bastante asequible tanto en dureza como en extensión, es parte de una ruta circular, La Ruta del Cañon del rio Sil que tiene 11 kilómetros, pero nosotros solo hicimos la pasarela. La distancia total de las pasarelas del Mao es de 1,8 kilómetros y aunque sea fácil, no es asequible para todos, ya que hay que salvar un desnivel de unos 40 metros en escaleras.
El recorrido comienza en la Fábrica de la Luz, una antigua central hidroeléctrica reconvertida en albergue, con opción de tomarse algo. Junto al albergue hay paneles informativos, en los que podemos ver por donde van las pasarelas ( nada difíciles de encontrar). Iremos paralelos al rio Mao, pudiendo ver el cañón, además con paneles informativos por el camino, que nos harán conocer la Fauna, flora y geología de la zona.
La ruta finalizara en la desembocadura del rio Mao en el Sil, donde en días de calor, y con mucha precaución, podremos refrescarnos.
De vuelta, y si no queremos hacer toda la ruta, cogeremos las mismas pasarelas al sentido inverso.
De aquí, iremos a pasar la noche al área de autocaravanas que hay en un pueblo llamado Luintra. Un área que aunque no sea muy grande, tiene servicios de vaciado y llenado. Como muchas en Galicia es gratuita, y esta cerca del pueblo, ocasión que en nuestro caso aprovechamos para hacer unas compras de supermercado. Además, está justo al lado de la piscina municipal en un espacio tranquilo rodeado de naturaleza y de instalaciones municipales como el polideportivo, las piscinas y el centro multidisciplinar, donde por un módico precio puedes refrescarte, tomar algo en el bar de las piscinas, y aprovechar a ducharnos.
Pasamos la noche aquí, y nos dirigimos a conocer una playa fluvial. La Playa da Cova a orillas del Rio Miño. Nos habían hablado de esta playa y su acceso, en el que aunque tenga aparcamiento, por no saturar la carretera estrecha que nos lleva hasta ella, el consorcio de turismo, pone a disposición un servicio de autobús lanzadera gratuito desde Escairón (O Saviñao) hasta Praia da Cova. Por ello, y ya que nos parece un detalle, nos acercamos en autobús, cogiendo los tickets el día anterior por internet.
La verdad es que el sitio es precioso, donde te puedes relajar en la arena, tomar algo en el restaurante o hacer las actividades de agua que ofrecen.
Para terminar nuestra excursión por la ribera Sacra, y después de pasar la mañana en la playa, comemos y nos acercamos hasta la Fervenza de Aguacaida, una de las cascadas mas altas de Galicia.
Para encontrar este sitio, lo ponemos en el maps, y nos lleva bastante bien hasta un punto, en el que vemos que nos manda a la contra de unas señales, como confiamos mas en lo de siempre, hacemos caso a estos, y nos llevara a poder dejar la furgoneta al borde de la carretera, al lado de un sendero, donde indica el camino.
Una vez allí, es muy fácil, seguir el camino por donde nos indican bien los postes con flechas como las marcas.
Así llegaremos hasta una casa de piedra, en donde cogemos el caminito que va por la izquierda
Siguiendo este camino, y bajando unas escaleras hechas en el sendero, llegaremos a unas pasarelas de madera que terminan en mirador, de donde podremos ver esta maravilla de Cascada o incluso bajar abajo, y verlo desde esta perspectiva.
Con estas maravillosas vistas en mente, volvemos a la furgoneta por donde hemos venido, con la intencion de conocer un poco de la costa Gallega.