la costa de galicia

Después de conocer la Ribera Sacra de Galicia, nos dirigimos a visitar un poco parte de su preciosa costa y disfrutar de la vida, tradición y gastronomía.

Para empezar nuestra andadura por la costa nos acercamos a la Ria de Arousa, mas concretamente A Illa de Arousa ( o isla de Arousa). Es una Isla de unos 7 kilómetros cuadrados, en donde después de aparcar la furgoneta en el aparcamiento de la playa de O Bao, andamos por el paseo que nos lleva hasta la zona del parque natural de Carreiron, donde pasamos el día en la playa.

Habiendo pasado un día estupendo y refrescante ( ya que se nota que estamos en el atlántico) en la playa, nos acercamos al puerto, donde hemos visto carteles de que hay una feria del mejillón. Es una fiesta, ubicada en el Paseo marítimo de O Xufre, donde se pueden degustar durante mejillones al vapor, guisados, en empanada, en paella, a la vinagreta, …. y preparados de todas las formas que uno se pueda imaginar, con opcion de acompañarlos con un albariño y a precios populares.

También gozamos de un ambiente popular

Despues de disfrutar de la gastronomia y tradicion de este pueblo, nos llaman unos amigos que hicimos en el viaje a Galicia mientras estábamos en la Ribera Sacra, y nos cuentan que estan en Catoira. En este municipio, el primer Domingo de agosto se celebra la Romeria Vikinga. No lo sabiamos, pero era ese fin de semana, y ya que nos avisaron, optamos por acercarnos. Fue una maravillosa idea, es una fiesta que empieza la noche anterior y en donde pudimos conocer grupos de jovenes locales en un concierto. Pero la Romeria del dia siguiente tampoco se quedo atras, ya que, desde la mañana, la gente se viste de Vikingos y empieza la fiesta. Al mediodia, y rememorando el desembarco de los vikingos en las aldeas gallegas, se hace un desembarco, en el que llegan en drakkar, y entre gritos y alaridos toman tierra.

A la tarde en este lugar sigue la fiesta, encontraremos actos culturales, música y baile folclórico, mercado medieval, degustación de mejillones y vino tinto y comida campestre.

Para la noche, nos acercamos hacia la playa de Carnota.

Situada en la provincia de La Coruña, está extensa playa de unos 7 kilómetros de longitud, nos gustó mucho. Tiene vistas a la montaña, aguas tranquilas para bañarse, zonas de sombra, y además de por la playa, entre los árboles de detrás puedes dar un paseo por la sombra. Aunque hay más de un camping cerca del pueblo, que tiene el mismo nombre, Carnota, nosotros fuimos a un área, que está a unos 3 km de este pueblo. Se llama Área de Lombans, y está al lado de un campo de fútbol, pero un poco más adelante, siguiendo hacia el aparcamiento de la playa, a mano derecha, y antes de llegar a este ( en el aparcamiento de la playa está prohibido estacionar) hay otro en el que se puede pernoctar y hay mucha sombra.

A unos 200 metros de una playa con chiringuito y vigilancia. Lo que no había eran WC.

No muy lejos de Carnota está el faro de Finisterre, el cual nos saltamos, ya que lo tenemos visto, verano es una época con mucha gente ( se suman los del camino de Santiago) y se nos están terminando los días, y nos queda la mariscada. Además, el día anterior no conseguimos entrar en camping, y necesitamos para hacer la colada, el incentivo de piscina para los niños, y tomarnos una buena ducha. Iremos al Camping Sisargas, cerca de un pueblo llamado Malpica. Un camping tranquilo, en donde encontramos tranquilidad, todo lo necesario y unas personas maravillosas que nos aconsejan para comer algo. Por ello, vamos hasta el pueblo Malpica para conocerlo un poco más y degustar su gastronomía. Este es un pueblo costero, dentro de la Costa da Morte, situada en una península, en donde a un lado está el puerto y al otro la playa.

Damos un paseo por el puerto, en donde está el restaurante que nos han recomendado en el Camping, nos encontramos con una pequeña tienda en la que venden albariño de la cooperativa de los pueblos de alrededor, y compramos una cajita ( porque no nos entra más en la furgo, que si no…) Y nos acercamos a la playa de Arena mayor, desde donde sentados en una de las muchas terrazas del paseo, contemplamos las islas que dan el nombre ha nuestro camping, Las Sisargas.

Después, ya nos acercamos hasta el restaurante, donde para nuestro agrado, estaba también el que regenta el camping, señal de que nos había recomendado lo que a él le gusta. Aquí, y apurando nuestras últimas oportunidades para ello, tomamos la mariscada con un buen vino blanco.

Y con la tripa bien llena, regresamos al camping para preparar nuestra siguiente visita, La Playa de las Catedrales, o playa de Aguas Santas que es como en verdad se llama. Digo preparar, porque hay que sacar entrada para poder acceder a la playa. El coste es de cero euros, pero para controlar el aforo la Xunta implantó la reserva que se lleva a cabo en su página. Los consejos para reservar son que miréis las mareas, ya que con marea alta no habrá casi playa, y no disfrutaréis igual. Además, si os coincide el amanecer o puesta de sol, podréis sacar fotos con una luz muy chula. Pero, como he dicho, a la hora de reservar hay que mirar las mareas, y la baja mar era de noche y a la primera hora, por eso, cogimos la entrada para dos días más tarde.

Así y todo, nos iremos acercando, mientras veremos cosas nuevas. Para empezar iremos a Ézaro, un pequeño pueblo donde encontramos La cascada del Ézaro (Fervenza do Ézaro en gallego) con 40 metros de altura y al final de río Xallas, también llamado río Ézaro. Este río atraviesa el municipio de Dumbría de norte a sur hasta llegar a la cascada. Allí se produce un salto de agua que desemboca en el océano Atlántico, siendo el único de Europa con esta característica. Para visitarla, vamos a través de la pasarela que sale del Centro de Interpretación de la Electricidad (Museo de la Electricidad) de la localidad, hasta que la misma pasarela nos lleva hasta allí mismo.

Después, nos subimos a un mirador que está justo encima, para llegar hasta el, cogemos una carretera que está justo detrás de el centro de interpretación, y aunque su fuerte pendiente de respeto, merece la pena, ya que las vistas lo merecen.

Una vez habiendo visto este maravilloso paisaje, nos acercamos a un pequeño pueblo, Cedeira, donde además de ver el pueblo, nos daremos un baño en una bonita cala, Sonreiras. Para acceder a ella, aparcamos en el puerto, de donde subimos al castillo, y detrás de el cogeremos un camino, que con carteles nos indica el camino para llegar. Al final, y bajando por unas escaleras de madera, llegaremos a ella.

Aqui ya nos refrescamos, ya que como os imagináis, en estas aguas del Atlántico, el agua está fresca. Y nos iremos a conocer el pueblo, callejeando lo un poco.

Pasamos un bonito día, pero era hora de acercarnos hacia la playa de las Catedrales. Allí, desde la terraza del bar que hay veremos por primera vez este bonito paisaje que ofrece la naturaleza.

y pernoctamos junto a un montón de furgonetas y autocaravanas en un aparcamiento grande que hay al lado. En este aparcamiento no hay servicios, pero está muy cerca de la entrada a la playa, y aquí hay WC públicos ( creo que se paga algo) y una tienda con bar. Además, a la mañana viene el panadero a traer pan, bollos, empanadas…. hasta el mismo aparcamiento

A la mañana siguiente, a nosotros nosotros, nos hizo un día nublado y con llovizna, y aún así fue chulísimo, o sea que con la luz del sol entrando entre las rocas ni te digo cómo será.

Otra bonita ruta por unos sitios maravillosos y con un gran final. Galicia preciosa por todos sus rincones.

1 comentario de “la costa de galicia”

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